No sé si me comporto así porque me importas demasiado o porque ha llegado un punto en el que me importas demasiado poco. Lo siento, pero hoy por hoy, soy incapaz de soportarte. Ni a ti, ni a tus vicios. Y mucho menos a aquellas con las que compartes tu cama. Hablar es muy fácil, y por desgracia, "te quiero" son dos palabras que cotizan muy a la alta. Pero claro, hablar de sentimientos es otra cosa. ¿Sabes por qué me pasa, y por qué sufro y me rayo tanto? Porque quiero demasiado. Quizá no sea la persona más indicada para darte consejos sobre acciones extremas. Pero te puedo asegurar que te quiero más, muchísimo más, de lo que nunca tú me has querido a mí. No tengo término medio. O no te soporto, o adoro todas tus cualidades. Luego está la gente de la que paso, pero ellos ya son otra historia.
No sé si me gustaría más controlar el tiempo o el espacio. Porque por un lado, quisiera retroceder tres meses atrás, o los que hicieran falta, y que nada de esto hubiera pasado. Porque, realmente, ¿cuántos días de felicidad he vivido a tu lado? Ratos, quizá. Algunos. Muchos te quieros, varias notas, noches a oscuras. Y qué. A la mierda todo eso. Tanto que hablas de realidad y luego mírate. Tonteas con otras estando conmigo. Te lías con otras estando enamorado. Te follas a otras a la semana de dejarme. Te importa una mierda si yo sufro con todo esto (ahora te veo, protestando por todo esto, diciéndome que estoy loca y soltándome alguna de tus frases), porque, a pesar de que sabes que me duele, me sigues haciendo daño. Y no puedo más. Estoy cansada de sufrir por ti, porque no te lo mereces. Estoy harta de llorar por ti, y seguir sintiéndome una inútil. Estoy harta de depender de ti, de que me siga afectando tanto todo lo relacionado contigo. Y quizá ignorarte por un tiempo sea la mejor solución. Hasta que pase la tormenta. No hacer como que no estás, si no... dejar de preocuparme tanto por ti. Hacer que vuelvas a ser uno más, solo eso. Alguien que está ahí. Pero a tres metros, no a tres centímetros. Perderé nuestros últimos meses juntos enfadada. Qué bonito. Es una pena, y lo sabes... pero no quiero arriesgar nada más. Quizá así consiga salvarnos un poco, al menos por mi parte. Aunque tú te molestarás, y me llamarás picada, inmadura o cualquier cosa. Pero ya me da igual. Y dentro de poco, ya me darás igual. Espero conseguirlo.
Por suerte, aunque sea de día, consigo ver las estrellas y no sentirme sola.
Sueña con su calavera y viene un perro y se la lleva,
y desde entonces su cabeza solo quiere alzar el vuelo.
PD.- Siento estar tanto tiempo sin pasarme por vuestros blogs, es que estoy con Selectividad y ayer acabé los exámenes finales y la verdad es que no tengo tiempo para nada, solo para ir poniendo entradas de vez en cuando... El día 16 acabo, y prometo pasarme por todos y cada uno de vuestros blogs para dejaros comentarios:) Los vuestros siempre serán bien recibidos. Deseadme suerte! Un beso y gracias:)
Precioso texto, me he sentido bastante identificada con varios fragmentos.
ResponderEliminarMuxa suerte con tus examens...estamos casi todos igual de liados!!
Un besito
La verdad con este texto me siento muy identificada en estos momentos ; y lo que aprendí con lo que me está pasando es que una persona por más que te amé antes que nada no dejar de ser la persona que es,y que no cambia más es así ..hay actitudes que molestan ..las soportás pero llega un tope ,me la paso llorando porque lo que hace o deja de hacer ,pero bueno siempre nosotras somos más débiles que ellos...
ResponderEliminar