Seguidores

NO COPIAR.

Por favor, NO COPIÉIS SIN MI PERMISO. Si os gusta alguna entrada y la queréis poner en vuestro blog, ningún problema, siempre que:
1. Me lo digáis a mí primero.
2. Pongáis que lo he escrito yo.
Ya me han copiado más de uno y no me ha hecho nada de gracia.

Un beso.

Buceando en mi interior

Mi foto
Me gusta dormir. Muchísimo. Y la nieve, ver el cielo blanco un día y saber que va a nevar. Me gusta cantar, aunque lo haga mal, me encanta la música, sobre todo el Rock. Me gusta, me encanta, la fotografía, tanto artística como tonta. Me gusta hacer (me) fotos, verlas, disfrutar con las imágenes. Luego me gusta retocar esas imágenes, darles mi toque, poner mi esencia. Quitar lo feo y pintarlo bonito. Porque también me gusta ser feliz. Y sonreír. Y reírme de todo y de nada, llorando siempre, eso sí. Y cuando tengo un día malo, me gusta que sea malo. Me gusta disfrutar de mis depresiones, seré tonta, pero… No intentes animarme cuando esté mal, simplemente, déjame llorar y punto, se me acabará pasando. Me gusta comer chocolate. Está buenísimo. Pero que sea negro, cuanto más puro, mejor. Me gusta sentarme en la hierba y arrancarla. Y cuando hay tréboles de cuatro hojas, me gusta encontrarlos. Igual que encuentro lo bueno dentro de lo malo. Me gusta el color amarillo. Me gusta soplar las velas de una tarta de cumpleaños. Me gusta empanarme, sí señor, y lo hago de maravilla. Me gusta mirar las estrellas pensando que alguien más las estará mirando conmigo.

sábado, 9 de abril de 2011

Lo que tengo yo adentro.

Éramos distintos imposibles, como rezaba aquella canción. Inconscientes, quizás. Algo ebrios de locuras y deseosos de probar experiencias. No fuimos conscientes de dónde nos metíamos, poco a poco, de que nos estábamos hundiendo en el barro. Pero mientras lo descubrimos fuimos felices. No de esas felicidades empalagosas, aunque sí éramos algo ñoños. Hablo de la felicidad rara que te produce el ir descubriendo día a día cosas nuevas que, a pesar de que siempre estuvieron delante de nuestros ojos, nunca las supimos apreciar. Irnos conociendo cada instante, pues nunca dejas de descubrir a una persona.
Todo fue muy surrealista desde el principio. Pasamos las tardes enredados en besos fugaces en un portal, soñando con volar. Pedimos deseos con pestañas y con estrellas fugaces, y la Luna nunca fue tan bonita como cuando la observamos sedientos aquella noche. Los días pasaban rápidos, interrumpidos por fines de semana progresivamente pasionales. La gente nos miraba, conspiraba; no nos entendía. No podían comprender cómo dos personas tan radicalmente distintas pudieran desbordar tanta alegría juntos. Y nos tenían envidia. Ocurría algo entre nosotros, un magnetismo inducido que nos movía a actuar con extraña dependencia, como imanes. Podíamos estar lejos, pero siempre nos tendríamos cerca, nos llevábamos en la mano.
Descubrimos el misterio mucho después. Quizá lo que nos une sea lo mismo que nos separa, pensamos, ilusos. Era una montaña rusa, aquellos 18 años fueron realmente un vaivén de sensaciones, de polos opuestos, de sin sentidos, pero sintiéndolo todo. No conseguíamos establecer conexión entre tu egocentrismo y mi inocencia. Nunca lo hicimos. Ni lo haremos. ¿Para qué? Si ésa es precisamente la llama que nos mantiene vivos, la cuerda que no nos deja caer, la gravedad que nos pone los pies en el suelo... Aquellas aparentes diferencias no son más que puras similitudes vistas con distintos enfoques, bokeh, macro. Aparentemente tan irreal; realmente tan... perfecto.
Años después, al volver la vista atrás, recapacito sobre si fue el mayor error que jamás cometí. Me hiciste tan feliz como desgraciada. Recuerdo ser un girasol, sin comer, ni beber, ni dormir. Solo una mera espectadora de tu gran representación. De pasarme la noche preguntándome si tus ojos color chocolate me concederían la tregua algún día a esta guerra fría que empezamos siendo niños. Nunca me mereciste, y lo sé, y lo supe en su momento. Pero me dio igual, me apetecía vivir. Me hubiera arrepentido de no haberlo hecho. Quizá fuiste un error, sí. Pero, ¿sabes qué? Que me equivocaría otra vez. Eres el mejor error que he cometido nunca.

7 comentarios:

  1. Que bonito y a la vez triste lo que has escrito. Un beso, feliz sábado.

    ResponderEliminar
  2. Un error de los grandes que siempre cometeré. UFF, me encantó.

    Gracias por tus palabras.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias, de verdad, me sorprende tanto que haya gente que me comprenda tan bien... No me des las gracias, Bobby, te las tengo que dar yo a ti por leerme:)

    ResponderEliminar
  4. Buaaah!! realmente dan ganas de equivocarse... :)

    Tenía pendientes varios regalitos para tí en forma de canción. La falta de tiempo me ha impedido venir antes, pero no es mi culpa...TODO ES CULPA DE ESTE MUNDO LOCO ;)

    En fin aquí estoy, te dejo tus regalos, espero que te gusten :D

    De Quique Gonzalez t recomiendo "la luna debajo del brazo", "deslumbrado", "aunque tu no lo sepas" y "de haberlo sabido". Es en plan más tranquilo q los demás pero mola. Supersubmarina: "Supersubmarina", " niebla" y "LN Granada". Miss Caffeina me tienen enamorada desde q fui al concierto, te recomendaría todas las del último disco que son las que más he escuchado, pero empieza por "Capitan", "mi rutina preferida", "Mecánica espiral" o "Lisboa".

    Bueno y puestos a recomendar...si no has escuchado "lucha de gigantes" de Zahara y Love of Lesbian ¡hazlo! es una pasada.... y "te odio" de Santi Balmes y Los Seis Días también ^^

    Puedes recomendarme las canciones que quieras!!!

    Muaack!!

    ResponderEliminar
  5. Casi lloro con tus palabras. me gustó mucho mucho mucho. Te sigo

    ResponderEliminar
  6. Definitivamente me encanta!!! te sigo, y así puedo tenerte más a mano e ir descubriendo más tu blog... pero ya te advierto que todo lo que he ido leyendo hasta ahora me ha parecido magnífico!!!! y con muchas cosas me he sentido bastante identificada...
    Seguirás teniendo noticias mías....

    Un besoo desde Sweet Paranoid.....

    ResponderEliminar